Pasaje Bíblico de referencia: Evangelio de Mateo3:13-17
“El Bautismo de Jesus”
Somos llamados a ser siervos, servidores, porque Cristo nos ha elegido. Por puro amor divino, somos sus preferidos. El que no se ha bautizado, que lo haga, que pida esta gracia a la Iglesia y reciba al Espíritu Santo que hace que el pecado sea perdonado. El bautismo es renacer a la vida verdadera, que consiste en amar, entregarse y ser responsable.
Este sacramento, con que comienza la fe, nos exige vivir conforme a las leyes de Dios y a la ves ser sumamente misericordiosos con los mas desfavorecidos, ser amables y justos. Es un desafiante compromiso de no ser hipócritas ni manipuladores.
Ser bautizados es estar completmante involucrados en el compromiso de la paz. Es extender una nueva creación que el Hijo de Dios, desde el Jordan ha inaugurado recreándola. Es recuperar la escucha de la voz de Dios y proclamarlo rey de nuestras vidas. Es parecernos a Dios, que no hace distinciones. Dios da a su amor todos, sin límites.
El nos pide tener una experiencia personal y comunitaria de ese amor encarnado en Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que paso haciendo del bien y curando a los oprimidos por el diablo.
Renuncia al pecado, a los odios y a Satanás, padre y fomentador de la violencia, de la agresividad, los ruidos. Incluso del manejo agresivo de vehículos y a alta velocidad, y todo lo que provoque la muerte. Estas renuncias son exigencias del bautismo. El señor bien ha pensado en lo que no nos deja ser felices y quiere liberarnos de ello.
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